Eduh Siqueiros

Almas que se conducen conectadas

En las lumbreras de tu recinto, tu semblante pinta un cuadro en el que resaltan tus cabellos
vírgenes, y tus avizores son persuadidos para seguir la trayectoria vacilante de cuerpos nubíferos
que hacen todo por atraer tu atención; luego, al fin, tus pensamientos entablan con ellas una
tertulia de pesquisas santas, y en este tiempo efímero en que las nubes a su paso desperdigaban
bendiciones, exaltada tu alma, tu mente y corazón, y tú, mujer, arrebatada en lúcidas emociones...
desmenuzas progresivamente sus enigmas. Has descubierto, que sobre la faz de la tierra se
encuentras las almas que se conducen conectadas al cielo, esperando ese amor, que la creación
emite, siendo portadoras del mismo amor de su creador, la creación canta, con elocuente
mutismo de sonoridades silentes, y sus criaturas le acompañan con armónicos en el trinar de aves
y sonidos de mamíferos, de insectos, de peces... de tormentas, de erupciones, de océanos; las
almas conectadas con este amor emergente hayan la paz de saberse integradas a ese amor y
potencia universales, es así, que emerge la felicidad en ellas aún en las dolencias, en las
pesadumbres y en las fatalidades.