Dulce amor.
Cuan amargo puede ser,
el no saber lo dulce que son tus besos,
el no pensar en ti cada vez que respiro,
el no oir mí corazón, al susurrarme tu dulce amor, bello y puro.
Esa amargura no existe,
pues hasta en sueños te veo,
siento el sabor de tus besos,
cuando tu sombra me sigue.
Inhalo tú frescura,
y mí alma se refresca,
mí ser se emociona,
y mí felicidad es plena
Que más decir,
de este bello sentir,
sólo Dios perpetua mí vivir,
con ésta infinita emoción, imposible de eludir.
Alfredo Montero Doig
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Lima Perú