Gustavo Echegaray

Protesta

Óigame, señor del sombrero blanco:
arden las pieles bajo el sol de marzo,
cruje la osamenta en la cuadrilla
mientras se trafican sin descanso
las viles monedas en sus bolsillos.
¿Y no quiere que levante la voz?

Mire, elegante doctor de la ley:
la señora de los ojos vendados,
el fiel adulterado en su balanza,
yace amordazada, moribunda,
entre las fauces del juez sin alma.
¿Y no quiere que levante la voz?

Vea, poderoso señor del agua:
solo llueve del lado de los suyos,
mientras en  tierra del sembrador
crispan las llapanas de lomo gris,
y muere la semilla, sedienta.
¿Y no quiere que levante la voz?