Miguel Ángel Cisneros

El amor

El amor está compuesto

de palpitantes órganos

que no dejan de sangrar;

se agitan en alcobas

entumecidas por el sosiego

fraguado en días que son

un eterno atardecer.

 

El amor se condensa

en copas que no se consumen;

por más que apuran las bocas

que las sorben, el líquido

permanece intacto.

El roce de los labios

intensifica su color carmesí.

 

El amor termina sin mutuo acuerdo,

con tristes ilusos pagando monedas

de rescate por un rehén ya asesinado;

con una tumba cavada hace tiempo

y una lápida lúgubre entregada por encargo.