Ben-.

Serenidad-.

Aunque las alas echen raíces,

y las rocas firmen decretos de aire,

los duros pechos de caoba, baten,

recorriéndose, el aire extinto

de la alcoba. Son equilibrados

goces los que allí se presentan.

Sonidos de piel con piel, en la

hermosura del instante hospitalario,

donde duermo a tu lado, y vencido,

me recobro. Me recupero de algunas

impertinencias, expresadas en voz alta,

por seres taciturnos, y en el orgullo

desbaratado por mezquinos, ansío

sumirme entre tus brazos, de espuma

tus cabriolas.

 

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