PoetaMuerto

Mariam

Tu solo nombre escuchado al azar, evoca a aquel mundo que desgraciadamente te llevaste contigo. Éramos dos chiquillos recorriendo las praderas de la inocencia, donde todo lo que tocábamos era nuevo. En medio de caricias se levantaron sensaciones que provocaron a adentrarnos cada vez más. Así es como terminaron nuestros cuerpos y labios buscándose. Nuestros padres decían que podíamos ser hermanos, casi de la misma edad, sin embargo solo nos asemejábamos en el fuego que destellaban nuestros ojos al vernos, y en el calor febril que desprendían nuestros cuerpos al tocarnos. El tiempo paso, no se pudo detener en aquellos días, crecimos, maduramos, cada quien siguió caminos distintos. No supe de ti hasta después de muchos años con la noticia de tu prematura despedida, de repente sentí que algo dentro de mí se desprendía. Los recuerdos, todos esos gloriosos momento que te sobreviven el cual llevo ahora como único testigo. A pesar de que el tiempo ha contaminado todo lo que fuimos, te llevo intacta en mi mente con la lozanía, ingenuidad y brillo que te caracterizaban. Este es mi homenaje a ti, bella criatura, me enseñaste tantas cosas, estaré eternamente agradecido. Si hoy sobrevive el ser sensible, a pesar de haber intentado hace algún tiempo hundirlo y dejarlo naufragando en un mar de cinismo, es porque tu exististe y lo descubriste.