Edel Vicente González Pérez

La musa confinada

Los días se pasan, se pasan las horas,

los sueños se abrasan, con en estas demoras,

se alarga la alarma y la gente confinada,

consagrando sus fuerzas como soldados en campaña,

son protección y escudo ante la alimaña.

 

Se apaga el sonido en la quietud de mi casa,

el mundo se ve pequeño a través de la persiana,
los cielos están grises y a mi mente clara
el sol la ha teñido de arcoíris y esperanza.

 

Estoy confinado, mis pensamientos se aprietan,

brotan como chispas al viento,

salen hacia adelante convertidos en versos,

suben como espumas rotas contra el risco

y difuminan las demoras del tiempo.