Kinmaya

Pasión y levedad

 

¡Pasión!; tu que dejas exhausta la vida,

donde languidecen frías he inertes las noches,

historias en venas abiertas como ríos de lava,

 corazones embriagados de besos delirantes.

 

¡Pasión!; imperturbable han de ser tus instintos,

llevando cuerpos al edén del fuego,

donde se vaporizan los sueños más intensos,

en una tempestad furibunda de abrazos y caricias.

 

¡Pasión!; que detrás de tus ojos fuego rubí,

los huesos se esparcen como el polvo,

y la piel cautiva cae sobre un verso sublime,

un verso nunca antes escrito jamás.

 

 ¡Pasión!; latiendo enervados todos los suspiros,

 suspiros temblorosos, suspiros frágiles, suspiros no nacidos,

 laberinto de tiempo y locura excitando sus sombras,

hasta que la noche; abandone sus cuerpos, en la más absoluta levedad.