Pedro Verlaine

Nuevo tiempo

 

De modo que nada queda,

salvo cierta turbación espacio–tiempo

que aún, durante noches, halla

inhabitado mi silencio para pernoctar.

Canciones que rascan su aullido sobre mi espalda,

poemas aún inciertos que aseveran,

rostros que muestran otros rostros, en un piso

lleno de estiércol y calamares;

¿qué de cierto hay en todo esto?

¿cuál fue la imagen que olvidamos traducir?

Nada hay, porque nada queda,

nada existe, porque nada hicimos.

Somos turbación del espacio,

inocuamente bañados sobre algún tiempo

o sea, vivos, mas no existentes;

o sea, vivos, mas no reales.