Lincol

TENGO TANTAS COSAS QUE CONTAR

TENGO TANTAS COSAS QUE CONTAR

Tengo tantas cosas que contar
como el frío de la madrugada
cobijándome entre letras de periódicos;
arañando la seda de la noche
—en medio del estío—
a la edad en que todo pasa desapercibido,
fabricando una noche de seda
entre cartones y maderas raídas;
mientras muchos tenían a alguien
y yo me tenía a mí mismo.

Tengo mucho que contar;
aunque el bolígrafo esté frío,
sin alma, como la acera
de aquellos años frágiles.

LMML.