Garvel

Testigo nocturno

Testigo nocturno

 

¡Que muchacho más jorobado!  

 

Algunos se vuelven poetas
Suicidas
Pintores
ilusos y
músicos de mala cuerda

¿Comprende de qué le hablo?

Andaba muy mala música en el alma,
sonando hueco sin ritmo
sin tiempo y lo peor
¡Era músico!
¡Sí! “Músico”
Era víctima inequívoca de ese desgarro del
espíritu humano, se veía enteramente avasallado.

Víctima de eso que no se ve, sólo se siente.

Se quedaba en la esquina bajo
el poste de luz, sobre una piedra cantando
un bolero hasta pasadas las once
de la noche lloraba y lloraba y volvía a llorar,
él y su guitarra, y por supuesto los perros coreaban
sus alaridos, así pasaba en ese trance noctambulo

No sé cuántas lunas paso así, cada noche se le sumaban
los grillos los bolos, los gatos un fumador o un ladrón.
No pedía monedas sólo sonaba su bolero desahuciadamente
Hueco, sin ritmo y triste.