Ramiro E. Ruales Jurado

PrivaciĆ³n

Una tarde sin destellos,  

             una flor sin emoción,             

lanza un grito desgarrado

lamentando su dolor, 

ha perdido el hálito

que encendía su pasión,

se ha apagado cual cascada

en presencia de calor

y vencida sin aroma 

resquebrajada en aflicción,

danza sola en la penumbra

al son de los abrojos

que le causó un gran amor.