tonisan

Inmensidades

 

En las piedras, los eones
descifrados por las lluvias
que erosionan los recuerdos
de una esfera contingente,
se desnudan simplemente
ante la consumación
de los tiempos infinitos.

Y resurgen nuevos mitos.

En mi cuarto yo contemplo
estos aires que me inhalan
y me absorben, cotidianos,
en un sueño contundente
del embrujo que resulta
ser de apnea
de una vida consumida
por los orbes ilusorios
de la premeditación.

Abrir los ojos al mundo
sin saber nada de cuánticos eventos
es ceguera permanente.
Y la gente
corre y corre sin cesar
sin saber a dónde va.

Son las flores, su quietud
las que velan el ensueño del poeta.

Frailejones merideños
las orquídeas amazónicas
las cayenas siempre ubícuas
se parecen a galáxias pequeñitas
con sus astros y planetas nanométricos
que despliegan sus aromas siderales
(estallido de perfumes voluptuosos)

Y a lo lejos, la oceanía
con sus más de diez mil profundidades
con su aliento salitroso
de sodios, y fósforos, iodos y potasios
embebidos por acuosos magnetismos
bajo senda tensión superficial.

Y en el cielo, tras las nubes
se revela la inmanente oscuridad
la prisión de las estrella y faroles
que no escapan, con su luz, de la tiniebla,
de sus grilletes y cadenas.

Somos nada
somos polvo
diminutas partículas de polvo
endiosados por vulgar egocentrismo
engañados por imberbe fanatismo
siempre en lucha por nuestra libertad

Y buscamos la verdad
entre tanta majestuosa inmensidad
sin hallarla nunca nunca
No hay verdades absolutas
ni absoluta libertad.