Neptalí Aimacaña

Dulce De Milena

 

Tal máxima, ¡cual esencia!

sobre mi ánima perdura

siendo tuya la figura

y el fragor de tu presencia;

 

los sentidos expectantes

que resurgen por mi voto,

que embotados cual un bobo

se recargan centellantes;

 

desde tu Pafos corporal

con aliento tan divino

y tu faz gobierna al vino

de algún interior pasional;

 

¡Qué es tu pose gloria pura!,

tesitura que empodera

cada instante, bella guerra,

¡venustez sin tregua alguna!

 

Son tus ojos tan airosos,

incesantes y gentiles,

muy perfectos y muy libres,

¡tan joviales e impasibles!

 

Es tu voz inmarcesible

de otros mundos superiores

que suspira a los acordes

de un tenue momento sublime.