angelcesar

Un cambio rotundo

UN CAMBIO ROTUNDO


Subida la mostaza a la cabeza 
llegaste, no importaba quién caía,
veías dinosaurios en pobreza 
danzando y al compás de la sequía.


Los humos asfixiantes, la torpeza,
no supo sino darte alma vacía,
y lágrimas de sangre en la maleza 
no fueron más que un surco en armonía.


El cielo desprendió, no sé qué cosa,
y en ese instante el giro se hizo ameno 
al punto que evitó seguir la fosa.


Y hoy veo, porque alumbra el sol a pleno,
un paisaje, una copa bien frondosa 
sin pasado, sin musgos ni veneno.