Asklepios

Las sorpresas

Las sorpresas se desvanecen en la

retina mientras se parpadea. No hay lugar

para los sin embargo.

Se extravían en apenas un segundo para

llegar siempre tarde a corregir el inicio.

Jamás se proclamarán duraderas.

Siempre quedan, tan sólo, sus tristes

esqueletos entre el vértigo de nuestro

olvido.