Jasiel Morales

Se regala un alma

 

 

 

 

Su mejor poema era su voz,

las palabras cuidadosas

al fulgor de la verdad.

 

Su empeño algo divino

sin resistencia efectivo,

de darme sus prosas,

prestarme su alma

en cada anochecer.

 

Por eso voló hasta ser

llanto y sonrisa,

por mucho más

se metió profundo

y aún se oye aquí;

dentro,

cuando a veces

parece acabarse el amor.

 

(Su mejor poema era su voz,

al fulgor de su verdad

que era su luz).