Garvel

La gente se duerme

 

 La gente se duerme

La gente se duerme en el bus,
en las rutas urbanas duerme,
el bolo en la mesa con sal y limón

gustoso duerme.

La gente se duerme escuchando el juego,
el vigilante se duerme antes que los ladrones,
el niño se duerme acunado en la madre,
la gente se duerme.

La mujer de la esquina se duerme, tarde pero

se duerme, se duerme el taxista esperando cliente,

los amantes después del sexo, el asesino después

 

del deber cumplido, el doctor de turno.

 

Duermen los vehementes locos callejeros,
se duerme el sereno haciendo posta,

el pintor en su cuadro,

la abuela en su rezo.

Se duerme el hombre por su gusto,
se duerme el indigente en banca ajena,

el monaguillo se duerme escuchando el sermón,

la gente se duerme.

 

 

 

Pero en el ataúd con todos esos acomodos

 y frescuras blancas, con esos olores que

 invocan a la ternura,


¿Para qué despertarlos?


Si duermen en paz.