kavanarudén

Renacer (micro relato)

 

Miró al cielo, sintió la brisa marina que acariciaba su cuerpo.

Cerró sus ojos y quiso entregarse al momento.

Amaba sus caminatas por la playa, sobre todo al caer la tarde.

En ocasiones se quedaba hasta ver salir la luna al horizonte. 

Se quedaba en silencio, con sus recuerdos, con sus sentimientos.

Por luengos años se había negado a soñar, pensó que todo lo que había que vivir, ya lo había vivido. Sentía que sus alas se habían marchitado. Había extraviado la libertad. Lento fue perdiendo el brillo de sus ojos, la espontaneidad de su carácter, la jovialidad de su risa, los deseos de vivir.

Un matrimonio que había perdido su brillo desde hacía tiempo. Juntos por los hijos, por la sociedad, por el qué dirán, y así se fueron olvidando hasta convertirse en desconocidos, con muchos recuerdos en común. 

Un día sintió que su mundo se vino abajo, un diagnóstico lo cambió todo. Luchar contra aquel terrible mal la hizo pensar mucho. Lo tuvo que afrontar prácticamente sola. Reflexionó sobre el sentido de su vida y el derecho a ser feliz. 

Tomar aquella decisión no fue fácil. Dejarlo todo y comenzar prácticamente de cero, contra el parecer de su familia. “Si alguien me quiere, respetará mi decisión y me apoyará. Quien no, que se aleje de mí, para siempre”.

Enfrentar sus miedos y sus fantasmas no fue nada fácil, no faltó quién le dijo: “Estás loca. No podrás enfrentar todo esto. Quédate tranquila, vives bien y segura en tu casa. Cada uno vive su vida y ya, no te compliques la vida, sobre todo ahora que has superado este terrible mal. Ya tienes tus años...”. Contra viento y marea pidió el divorcio y comenzó prácticamente de cero.

Al salir de aquella casa, sintió que se había quitado un peso enorme de sus hombros. 

Lloró, lloró mucho, pero sus lágrimas no eran de tristeza. Se había olvidado a vivir y quería recuperar su vida, sobre todo su libertad.

No le alcanzará la vida para agradecer a su amiga Laura, quien le dio una mano y estuvo a su lado en los momentos más difíciles. Supo comprenderla y la animó.

Mira las gaviotas volar a lo lejos, un velero juega con las olas en lontananza, un barco se aleja….

Llena sus pulmones de aire puro, jamás se había sentido tan viva como en aquel momento. Alza su frente y repite una y otra vez: GRACIAS VIDA, GRACIAS……