andrea barbaranelli

Hombre solo

Se ve por como camina que es un hombre solo

no acostumbrado a compartir el espacio con otros.

Avanza escorando, pero luego se endereza

y reconquista el centro de la acera desierta.

 

Sería mejor que alguien fuera a su encuentro

y lo agarrara del brazo, como se hacía hace tiempo

entre viejos amigos, para dirigirlo y escoltarlo

sin que él se dé cuenta, hacia donde tenga ganas de ir.

 

El espacio vacío, es más que evidente, lo aterroriza

como si dentro de aquel vacío hubiera el fantasma

de alguien que él perdió desde hace ya años

 

o que se quedó atrasado sin que él, distraído

y todo encerrado en si mismo, sin darse cuenta,

se haya detenido al menos un poco, para esperarlo.