Dante Verne

Me desvelo la piel a sacudidas

Me desvelo la piel a sacudidas,

pues la escarcha de mis párpados

me moja las cicatrices del revés,

por dentro, por el lado que no se ve.

Ahí están, exactas en sus huellas,

susurrando en el silencio

como un enigma de viento

que a falta de espada y fuego

solo muestra la sombra de lo que fue.

Y ese instante interminable,

esa noche interminable,

esa lengua devoradora

que a menudo me encuentra mirando

cómo ensucia el aire de mis abismos,

me habla de lo que quiero olvidarme.

Y a veces, siento que el desierto

va ganando terreno con el tiempo,

que la Nada ya ganó y ahora,

en el descuento,

solo vivo espejismos,

infinitesimales pensamientos que chocan

en escorzos elegantes

contra las rocas de mi memoria.