Kinmaya

Desapego

 

Ilusiones inmóviles siempre se perpetúan detrás de ojos evanescentes, en cada estrella detrás de la noche, y en un rincón del universo donde la imaginación escapa del mundo.

De pronto, una caricia recorre el cuerpo, desapareciendo entre las manos y un vacío inexplicable, la vista perdida entre la penumbra y una pasión iluminada por un fuego inacabado, desde una profunda sensación de gozo que anida el alma.

Extenuado, el abandono corre detrás de la soledad, cuando el ánimo sucumbe junto a los silencios más profanos, el inicio de una vida prófuga que huye con ingenua presencia llevada por los vientos.

El espíritu, recoge los huesos sin memoria dormidos, mientras observa los oscuros y recónditos espacios de luz donde la esperanza amanece.

Un sollozo queda alojado entre un lacónico estar ausente de imagen, lejos del andar y los destinos, sin huellas, sin verdades, mientras lo esencial escapa del cuerpo.

Realidades ajenas en mundos paralelos, dimensiones llenas de distorsión, hijo del desapego; un desapego unido...a la sombra de un fantasma.