Meylen HirasĂș G. M.

Ensalzada

Ensalzada de tus cumplidos

me marino en letras,

acordes y cantos atentos,

que guardan el silencio

de una dama que no quiere

más herir.

 

Estas manos que

se complacen en

escribirte ahora,

en esta tarde que

termina para iniciar

la noche del suspiro,

no les importa 

más que complacer

el alma que se place

en recitar.

 

Grandes estrofas

de deseos

surgen a esta hora

de este martes,

en un año de óbito,

que entristece esta alma.

 

Pero es tu elogio,

es tu respeto,

tu porte y tu gusto

al arte,

los que me alegran

ya las horas

en que escucho

tu muda voz.

 

Dame, dame, oh,

amigo

la confianza de decir:

Te quiero,

con respeto,

sabiendo que no

te he de lastimar.

 

Bailemos estas

líneas,

cantemos este palpitar,

que en encierro

nos inspira,

que en el aire nos

hará volar.

 

Meylen Hirasú G. M.