Joel Torres

LOS DESTERRADOS

Poemas que se fueron

para jamás volver,

poemas desterrados de par en par,

que fueron enterrados

sin pompas ni epitafios.

 

Poemas con alma de pino

que fueron muertos al segundo

por el estiércol,

poemas atomizantes de peonias

que recibieron aliento mohíno.

 


Poemas de bilis, de amargura,

como la quebrada

que de quebrada solo lleva el nombre,

pero cuando se le antoje al niño

la inundará de llanto y barro.

 


Como el yucún

al que jamás penetra el agua

y todo ensucia;

versos que son vida

y versos que no son ni la sombra.

 


Se tumbaron el uno al otro

y ahora solo versos añorados;

poemas que escucho, que recuerdo,

poemas de fuego

que drogan mi memoria.

 


Poemas destrozados por el minutero,

que de un tiempo acá, se convirtieron

en el guión de mi propia novela,

que fueron escritos por gusto

y por el disgusto del destiempo.

 


Poemas dramáticos e hipócritas,

admirados de vez en cuando

y discriminados siempre;

que fueron escritos

sin saberse nacidos.

 


Poemas desmelódicos,

que fueron desollados,

nacidos muertos,

que no fueron al salón de belleza

del compas y la melodía.

 


Poemas casi olvidados

y el rostro adusto de bastantes;

de los que jamás supo la corista

y de los que el ultimo fracaso,

recién le dio la espalda.

 


Físicamente muertos,

aunque neuróticamente vivos

pero al fin poemas muertos,

que llevan al mismo tiempo,

la resurrección y el sepelio ajeno.

 

© El Yarawix