Kinmaya

Pueblos con los sueños rotos

 

La violencia y el odio no se aplacan en el alma humana, mientras el fuego de la intolerancia embrutece la razón, el poder crea divisiones monstruosas para reinar. Ninguna peste puede propagarse tan rápido en el mundo como el odio en cualquiera de sus manifestaciones siempre salvajes.

La historia se repite día tras día, como una maldita y espantosa pesadilla. Hordas de humanos escapando de sus países. El daño parece perpetuo, inocentes y humildes enloquecen impotentes ante tanto caos humano, y ante la impávida mirada de los responsables de turno, regando las calles con la sangre de sus pueblos.

América se llenó de dementes ineptos al poder, que se robaron los sueños que ellos mismos prometieron al mundo solo para acceder al poder, mientras el miedo se pasea lo más campante por los límites de la cordura, las conciencias más negras duermen en el infierno.

La historia ha demostrado infinidad de veces la cantidad de \"humanos\" al poder con serios trastornos mentales o de personalidad que han causado un daño enorme, dejando víctimas inocentes que ni siquiera tienen nombres. Pero los enfermos con poder, todos tienen nombres y el mundo entero sabe muy bien quiénes son.

Hoy cambiaron sus caras y sus nombres, pero siguen provocando el mismo daño y el mismo abuso que solo con poder se puede lograr, son una máquina de hacer daño.

América arde en el infierno creado por monstruos que lo único que hacen es insultar, dividir, provocar y buscar aliados en cualquier rincón del mundo que les convenga. Culpando a los demás de sus propios muertos.

Lo que estamos presenciando es evidente que no ha sucedido de un día para el otro como nos quieren hacer creer, los pueblos se están cansando de tanta maldad, y quien siembra odio...recogerá tempestades, tarde o temprano.

Los gobernantes no pueden gobernar solo para quienes los votaron deben gobernar para todos.

Pero lo más importante en mi modesta opinión, deben dejar el alma entera para que se cumplan los sueños de las personas, no deben cumplir sus propios sueños, porque está quedando muy claro que no son los sueños de todos.

Mis sueños nada tienen que ver con aspiraciones de poder o políticas, simplemente me duele muchísimo los estallidos sociales que están sucediendo. Pero también hace rato que me duele lo que todavía no ha sucedido, porque son demasiadas las injusticias ocultas.

Hay mucha indignación por tanta violencia y tanto odio, y la pobreza también es una forma de violencia. Los pobres solo son escuchados cuando sufragan, luego se quedan mudos por mucho tiempo, y en algunos países ni siquiera pueden votar.

Eso sí, los que están al poder, pueden hablar todos los malditos días de sus vidas... aunque ya nadie quiera escucharlos nunca más.