Eduh Siqueiros

La calidez de nuestras almas

Tu amor que actualmente crece y tu afán por nuestro encuentro
satura de conjeturas a tu pensamiento en su rebeldía;
yo, hoy sujeto manos de personas de fuera, por no amarnos;
tú, contienes la avidez que está latentemente en ti,
así concretas mil maneras de soslayar los celos,
y en el acto te percibo atrayendo mis atenciones,
¿cuando por fin uniremos nuestros universos?,
¿quieres que seamos amigos?, no puede ser,
si te amo y me amas debemos soportar dilaciones
hasta el día que sea yo sólo para ti y tú seas mi mujer.


¿Por qué tanto te demoras en expresarme
lo que sientes por mí?, somos más que amigos,
por esa sensación en nuestros vientres
cada vez que logras verme en tu prisión;
si nuestros ojos entretejen ternura al mirarnos,
la calidez de nuestras almas circundan
a tu cuerpo en la algidez de las noches,
las cuales ocultan las pasiones desde nuestro ser, que hemos retenido,
transformando así la estancia de nuestro invierno
en planicie de primavera con efluvio de flores.


Si el ventarrón en su austeridad te congela, oh mía,
en tus desvaríos de horas sin sol y más me buscas,
sueña con levitar y matar las historias donde
ásperamente hemos actuado sin rumbo ni maestro,
hagamos, ser de belleza, que nuestros besos y caricias
sean el motor que impulse nuestro viaje
hacia el cosmos, degustando de los deleites
de un nuevo cielo, prescindiremos de valijas
y nos vestiremos de eter descubriendo al infinito,
ya no habrán más tinieblas… sólo el devenir
del edén tersamente entretejido por tu voz y mi voz.


Irrumpí inadvertidamente en tu vida,
inyectando en tu ser las ansias de libertad,
con la finalidad de colorear tu cielo con la tinta que comparten
nuestras almas; llega conmigo la quietud
para tus días en su desconcierto, todo en mí
es para ti fuente de espasmos al emocionarte,
en mí se cifra tu existencia y la mía
encuentra su razón de ser en ti,
y aunque te tardes en venir a mí, la porfía
por tu advenimiento conduce mi proceder,
hasta el día que juntos emprendamos el trayecto
hacia el destino de un amanecer que se eternizará.