Johanna Marcela Rozo

PUEDO MORIR TODOS LOS DÍAS

 

Insisto en escribir para no morir de soledad

Veo como soy una unidad indivisible con la palabra

La misma que me ahoga, que me incita a la tristeza

que me alcahuetea el hastío.

 

Tengo el infortunio de creer en cada letra que pronuncio

y me ahogo en las noches con los silencios que dejo morir en mí.

 

No apelo a nada ni a la entereza de espíritu ni a la justicia divina.

Caigo sin       tormentos en lo único que sé de memoria:

todo es palabra o sed.

 

Insisto en escribir para no morir de soledad

Veo como soy una unidad indivisible con la palabra

La misma que me ahoga, que me incita a la tristeza

que me alcahuetea el hastío.

 

Tengo el infortunio de creer en cada letra que pronuncio

y me ahogo en las noches con los silencios que dejo morir en mí.

 

No apelo a nada ni a la entereza de espíritu ni a la justicia divina.

Caigo sin       tormentos en lo único que sé de memoria:

todo es palabra o sed.