Alfredo Saez

-...Y Vino de Asís-

 

…Y Vino de Asís

Siento en el alma la herida felina que a muerte llamó

Padecida por aquella avecilla, ser que siempre me amó.

Alegraba mi existencia con verdes  caricias de voz,

Semejanzas que a ciertas criaturas ofrenda la gracia de Dios.

Dialogaba verbos con cualquier querubín

Preferencias menudas a su natural amor serafín

Y en cada mañana bendecía un ¡hola! de anís

Que aun triste resuena ese don venido de Asís.

Adiós mi lorito, chueco, desplumado y picotón…

¡Adiós! Margarito, del rico y oportuno lexicón.

Dejaste la duda si volviste al pesebre de Jesús

O al universo bondad de Emaús.

¡Cuánta tristeza yo soy!

Me ahoga el dolor de no saber dónde estoy!

Mis lágrimas inocuas, silentes, se deslizan frecuentes:

-Pido santo perdón al vero sufrir de pobres dolientes.