A. Martinez

Dormir.

 

Afuera,
un gato juega
a ser pantera
ebrio de mañas,
la noche
se ha partido
en grises ásperos;
el mar está muy lejos.

 

Los sonidos
de la oscuridad,
son todo menos silencio,
y al sueño
le faltan fuerzas para llegar,
entretenido
con la luz que se imagina.

 

No estoy tan solo
como parece,
ni tan acompañado
como me creo,
aquí no hay nadie,
tampoco yo
que estoy tan lejos.



En el colchón,
bulle un cuerpo
que creo mío,
aunque a veces
no lo reconozco,
en sus ojos
lo imaginado tiene sentido,
el goteo permanente
de lo eterno,
hace y deshace
con el mismo afán.

 

Oh! al fin el sueño!,
chao seas quien seas,
al rato nos vemos.

 

Eduardo A. Bello Martínez
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