Me quieres, y lo sabes, y sabes que te quiero,
que extrañas mis sonrisas, que añoro tu calor;
que todo lo que sientes, que nuestro gran amor,
es luz que resplandece lo mismo que un lucero.
Tu sueño es dulce trino de plácido jilguero,
el mío la sonata de triste trovador;
tu buscas mis caricias, y yo tu resplandor,
sabiendo que vivimos la trova de un coplero.
Se encuentra la quimera, por dogmas bien atada,
viviendo de un ensueño sin claro amanecer;
y nunca te lo digo, y quedas tu callada,
tratando en un segundo la gran pasión beber;
y vuelan nuestras almas en medio de la nada
queriendo que las horas se puedan detener.
Autor: Anibal Rodríguez.