Soy demasiado egoísta para compartir mi amor contigo.
No creo en mi, tengo suerte y creo ella.
Por casualidad y fortuna separamos caminos.
Somos tan opuestos, que para complementarnos tenés que dar el doble.
No existen versos que expliquen la confusión que tengo en mí, en mi interior.
Esa misma que te convide en el momento que te dejé.
Fue suficiente con quitarte el perdón que te debo.
Con las disculpas que te robé, y los besos que ignoré.
Eres demasiado imperfecta, para la perfección de mi delirio agónico.
Intentaste sacarme de ese olvidó y eterno recuerdo de no poder saber que soy ante el amor.
Y con desgracia me alejé y me resigné a simplemente quedarme solo con el desprecio que tengo en mí, y para mal de mí, sólo incertidumbre te compartí.
Te llamaría suerte pero creo en ti.