No te deseo mal,
pero algún día sentirás
el tormento que causaste.
No te deseo mal,
pero todo lo que has escupido
te caerá encima, gota a gota.
No te deseo mal,
pero algún día te caerás de encima
de todo lo que estás pisando.
No te deseo mal,
pero algún día derramarás
mil lágrimas por cada una
que has hecho derramar.
No te deseo mal,
pero todas las heridas que abriste
se cerrarán y las tuyas
se llenarán de pus.
No te deseo mal,
pero el peso que crees poder empujar,
algún día te aplastará.
No te deseo mal,
no hace falta.
La maldad hoy se disfruta
pero mañana se sufre.