Delalma

AHORA QUE YA SABES LA VERDAD

 

Dime ¿Por qué sonríes, cuando tus labios

besan la fruta que has de morder? O

¿Por qué la cara se te ilumina, cuando

de la vid bebes   el dorado néctar?

 

-Hace tiempo que te vengo observando

y cierras los ojos, cuando algo dulce

te llega a la boca, después me miras,

sin verme; luego sonríes, con la mirada vaga.

 

No es nada mujer, figuraciones tuyas

que ven en lo natural, algo anormal;

a la fruta jugosa, hay que gozarla

y pues al moscato, hay que disfrutarlo.

 

-¡A mí no me engañas, te cambia

la cara cada vez que lo haces!

¡En mis entrañas se revuelven, la ira

y los celos de no saber en qué piensas!

 

¡jum! ¿Vives intrigada y celosa por eso?

Bien, entonces te voy a decir el por qué,

Para que inquisiciones y presunciones

No atormenten más tu mente.

 

Mira, antes de ti yo vivía con otra,

Una hermosa mujer a quién sólo

Le importaba lo bien que luciera yo,

por eso me echaste el ojo y yo perdí.

 

Ella nunca tuvo celos de nada, hasta

El aire, sólo con su aliento perfumaba.

En cada amanecer, de su boca carnosa

Recibía los dulces que nadie me ha dado.

 

Que ni siquiera tus besos de fuego

Han tenido poder para que los olvide,

porque tú eres la pasión y el impulso

ella era el candor y el sosiego.

 

Y fuiste tú quien le dijera que éramos

amantes, cuando apenas, en una noche

De farra y borrachera amanecimos

Juntos, tirados en una cama.

 

Ella, digna señora, con sus cosas y se marchó,

y yo me quedé contigo a sufrir la pena

negra, que sufren los condenados que

no saben lo que es el querer.

 

Ahora que ya sabes la verdad, puedes

hacer lo que quieras, por ahí se dice:

“Que no hay mal que dure cien años,

ni cuerpo que lo resista”, cuenta conmigo.

 

Delalma

27/05/2020