SAIH SAMIR PATERNINA OTERO

La inmortalidad a través del amor y la bondad

En mi niñez, una de mis series favoritas decía el método para lograr la inmortalidad -“reuniendo las esferas del dragón”-. Hoy en mis treinta y tantos años, y luego de experimentar los dolores más fuertes de un ser humano -“perder un hijo o ser amado”- puedo asegurar que se es inmortal, con cada acto de bondad, comprensión y amor albergado en los corazones de quienes están a nuestro lado.  

 

En mi lista de inmortales esta ella ¡mi fiel y amada Valeria Sofía!, quien a su corta edad marco el rumbo de mi vida, sembró en mí, ese amor hacia los niños, ese amor ideal que cada padre debe brindar a sus hijos, la protección, el bienestar y garantías de felicidad. Inmortal por siempre, amor mío.  

 

Otra persona, ¡el indio viejo, mi abuelo!, hombre de principios y valores ideales, generoso, enamorador, cortés, disciplinado y de múltiples cualidades, que en su forma de ser y actuar cimentaba la educación de quienes en ese entonces éramos veintiuno.

 

Todos estos sentimientos y emociones brindadas a quienes estuvimos a su lado, será su legado y deseo de la inmortalidad, legados que brotan en mi memoria y corazón, se convierten en esas esferas del dragón, que hacen que ellos sean inmortales, pues han adquirido la inmortalidad no en cuerpo, sino en recuerdos por su amor y bondad. Se inmortal, brindando amor, bondad en los corazones de aquellos que te rodean.