jorge enrique mantilla

Celosa furibunda

Celosa furibunda

 

Aburrido y cansado de este atroz y preventivo aislamiento

Me lanzo desde bien arriba por una soga, a la calle que en solitario enfrento

La cantaleta y los celos agresivos, con esta vieja histérica se tornan violentos

Me cansé de la cuarentena, del caos, del miedo, sin llantos de sufrimiento

 

Bajo raudo por una calle, de gritos de espantos fantasmales

Escucho un llamado, de aquellos viejos amores sentimentales

Me invita a su morada, la mujer bandida de pasiones carnales

Arrastrándome a la alcoba, empiezan las emociones descomunales

 

Empieza a desnudarse lenta y sin prisa, en striptease placentero, ceremonialmente

Su hermoso cuerpo brilla en tornasol, cálida y ardientemente

Se me abalanza, rasgándome las vestiduras profundamente

Nos besamos y vamos al grano, sin tapujos directamente

 

Celosamente me cubre de besos, de fogosidades de pasiones electrizantes

Me muerde y acaricia a rabiar, elevando mi temperatura, volando mis imaginaciones

Me lame hasta el cansancio, agotando el aire de las respiraciones

Bandida hermosa, placer afrodisiaco, llena de éxtasis de satisfacciones

 

Destapa una cerveza burbujeante bien fría, la esparce de los senos a la vagina

Haciendo espuma en la selva de su vello púbico, que enloquece y me domina

Empieza el ajetreo, firmamento cubierto de estrellas, que me iluminan

Soplan vendavales, que arrecian emociones, presagio de lo que se avecina

 

Salteadora de amores, pidiendo a gritos, gemidos ardientes para su excitación

El jalajala lleva el ritmo impresionante de bailarina, controlando la situación

El resonar de la cama, lleva ecos de ruidos de la extenuante pasión

Atravesamos el éxtasis del edén, lleno de risas y besos de satisfacción

 

Los días pasan raudos al lado de esta mujer bandolera, que me condena

Pasé del infierno al paraíso y me olvidé de la temida cuarentena

La pasión del sexo me tiene seco, ojeroso, flaco, de las pócimas que me envenenan

Me le vuelo a la bandida y voy de tumbo en tumbo, por la calle como apestoso vagabundo

Ya sin fuerzas, escucho los gritos de aquella esposa histérica, de miedos furibundos

Se has volado del confinamiento me grita y a palazos, me arrastra de rabias iracundas

Esta es la segunda cepa del coronavirus, dicen que viene violenta y sangrante por el mundo

Me grita furiosa, la mujer celosa, de alaridos sin lágrimas, ya estoy de la pandemia moribundo.

 

“Joreman” Jorge Enrique Mantilla- Bucaramanga mayo 20-2020