anfaber

Los días buenos.



Un día pródigo, es ese día en que llevaste el tronco de un árbol al fondo de tu casa

y te sentaste en calma a observar la vida.


Un día pleno, es aquel en que tuviste una faena con el barro

y la tierra se estableció en tu sangre.


Un día cálido, culmina con un baño caliente, frente a la salamandra,

con sus lenguas de fuego entibiándote el alma.


Un día amoroso, es el que te ofrece una cama caliente

y en tus sueños prevalece la imagen del cerro, en el atardecer del valle.


Un día iluminado, se expresa en la oración nocturna, cuando indagas qué criticarle a Dios

y no podes hallarle nada reprochable.


Un día perfecto, es el día en que estuviste presente.



Andrea