Octavio Márquez

Oneiros

Como bruma pesada,

como carreta sobre roca liviana.

Muerte temporal que abraza la carne

al alba.

 

Caricia materna que baja ojos maliciosos,

manos malditas y pies de aire.

Ronquidos apabullantes que hacen demonios

santos. Inocencia que hace ojos de niño.

 

Ora embravecido como olas violentas. Miedo 

en cuerpo de ira y tinta roja. 

Crecientes raudas que arrastran raíces podridas

de textos hechos impíos susurros.

 

Ora calmo. Caballo manso que se hace traslúcido

sobre río dormido.

 

Destellos de mil vidas. Espejos de árboles

inventados, de cielos irreales.

Relámpagos torcidos que bailan entre fuego y flores.

Pasos ancianos, de niño, de ave, de pez.

 

En un lienzo. Un reino de un habla incomprensible,

volátil, visceral.

Parainfierno oculto en párpados escondidos.

 

 

Octavio Márquez