Alberto Escobar

El camino verde...

 

Cual arroyo que bajara
cuajado de renacuajos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Añoraba ese paseo suspendido
en mis asuntos, mente
inquieta en la reflexión, pensamiento
que acompaña al noble sentimiento.
Añoraba el escondido
escenario que sobre bastidores
y candilejas, perdido

en medio de las palabras me desmiente,
y me vuelve a desmentir consciente...

Inquieto en la busca de los albores
de mi diccionario, sido,
no sido, que todo cuente
en el relato del cuento
que nunca acaba, no miento.
Escenario que de verde herido
recorrí de noche hasta el quejido

de los tiempos de este confinamiento
que sabe a derrota, a entrenamiento

en una vida a doscientos
por hora, ahora veinte
solo, luego suba a ciento
aunque de morir reviente
víctima de un perder de perdedores
que a la acequia de los vendimiadores
van a parar como animal surgido

del fondo del mar vencido,
signo del horror vivido.

Hace breves segundos
de tarde, de vuelta
al hogar, vuelvo a pisar la senda.
Los pensamientos vuelven
como las golondrinas
a sus nidos.
Camino luminoso, de tarde,
de paseo, de descanso
del vecindario ávido
de conversaciones.
Siento la alegría del encuentro...
Añorado el regreso en sus caras.
Y yo, llego contento.