I
Se que hay anhelos,
que arrullan delirios, esos delirios,
que aterran a la vida por sus blancas ojeras, sin excusas.
Se que volver, en el ojo prohibido de la vida,
te aniquila.
II
Se que volar,
es dejar la gruta vacía,
matar la esperanza y el consuelo
tendido en la vía,
es quedarse en los senderos del alma traicionada,
y estar parado frente a uno mismo,
sin pronunciar palabra.
III
Se que callar,
es sacrificar tus sentidos crecidos,
y morir ofuscado entre rocas,
reflejado en cuantas horas tenga el tiempo,
asechando tus pasos.
IV
Se que morir,
es vaciar la boca fresca de tus recuerdos,
sobre la arena del río y sentir la presencia del yo,
en su arrecife de lamentos,
todos ecos y pudores envejecidos,
al otro lado del mundo.
V
Se que vivir,
es sentir como la lluvia se lleva,
la risa de tus labios,
por todos los cielos y sin escrúpulos,
sobre mares de guerras,
siembra el caos, que atorado se queda
en tu garganta.
VI
Se que el mundo gira,
conquista y muere, entre calles y avenidas,
que la moda en sus portales quiere, tener la batuta,
pero dobladas están, las aguas del templo y frías,
las manos que la acarician.
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