Si querer de verdad casi es amar,
¿amar de mentira casi es querer?.
Entonces amar de mentira es no querer nada,
y querer de verdad es querer mucho.
Pero si tú no me quieres nada
y yo te amo muy poco,
entonces yo te quiero muy poco
y tú no me amas nada.
Porque amar no es querer con intensidad;
amar es con más intensidad que querer,
pero querer...
¡Querer no es amar de verdad!,
porque queriendo se es feliz sin demasiada intensidad,
con mentiras y poca verdad.
Querer es con los ojos abiertos
sin arriesgar lo poco que das.
En cambio, amando, no se quiere nunca más,
te olvidas del aquí y del allá,
de lo que eres y lo que serás;
porque queriendo quieres ser feliz,
y amando... Arriesgas tu felicidad.
Para amar no existe el tiempo,
y para querer se mide el tiempo.
Amar, algunas veces es una desgracia sin tiempo
y el tiempo es una desgracia que te obliga a amar.
Queriendo, te olvidas,
amando, ayudas a otros a olvidar.