Nacemos solos y morimos solos
El destino te trajo a mi como una hoja,
flotando alegremente y mecida por el viento.
Tu naciendo y yo muriendo es la paradoja
destinada a eliminar mi aliento
¿Existe algo peor a esta agonía?
Sintiendo que me aferro a una luz intangible,
solamente impulsado por una rafaga de valentía
que sucumbe impotente ante la verdad invisible
Mis manos se acercan hacia tu sombra
percibiendo fuego bajo las piedras
pero el corazon se detiene y se asombra
al contacto helado de tus nubes negras.
Déjame seguir como he nacido
inundado por la soledad que en mi ser retumba
olvídame si en ti he convergido
No derrames ni una lagrima sobre mi tumba