Es complicado el amor, cuándo este se ha entregado al olvido, aún así, vivir sin haberse entregado a el, es vivir sin haber sentido.
Tras haber
perdido tu calor, los días han vuelto a ser fríos y sin ese preciado olor; mis lágrimas, del invierno se han vuelto el rocío.
Y así mi vida divaga, en el eterno mar oscuro
y sombrío,
y así entre llanto y llanto sería lo suficiente para de un caudal ser el río.
Vivir a la espera de una señal, es ese mi único porfío, además del recuerdo que me aqueja, es ese, el recuerdo, por lo que aún me fío.
No más molestias, ni desazones a vos más te refiero, ni de irás ni de rencores, ni de puñales en el suelo
De este lamento fortuito, no habrán noticias, ni desconsuelos, aquí yace
mi partida para a mí alma batir en duelo.