Lydia Gil

El mar del alma

 

Un lugar para soñar;

allí escondido entre tinieblas,

la penumbra lo alimenta,

y no te deja naufragar.

 

Un lugar para soñar;

sin ser certero el lugar, 

sin destino ni caminar,

como ese velero; 

en el olvido...

Que naufraga, sin naufragar.

 

Un lugar para soñar,

sin entre las rocas chocar;

dar con los maderos en la orilla...

arrastrarte, sin arrastrar.

 

Un lugar para soñar,

en los recovecos de la memoria

que hace estragos, 

que no está...

 

Que no la deja habitar.

las telarañas y marañas,

que forman su recuerdo

batallando con el alma;

Que está, pero no está.

 

Lydia Gil