andrea barbaranelli

El amor. La música

Escuchando el cuarto movimiento

de la primera sinfonía de Brahms, que tanto te gustaba, pienso

en los años que ya llevas sin que la música,

esta creación solo nuestra, solo humana,

pueda llegar a tus oídos, que se disolvieron con tu cuerpo,

y haga vibrar tu cuerpo y tu mente que ya no existen

sino en la memoria que yo guardo de ti.

Todavía siento, a momentos casi con miedo,

casi con un sobresalto, como la música me lleva,

por así decir, cuerpo y alma,

hacia una dimensión del ser

antigua y presente, me gustaría

decir eterna, en la que están

los recuerdos, los anhelos y las vivencias

de los miles de millones

de hombres y mujeres que hemos pasado

como sueños sobre la tierra.

Tu ausencia se me hace más dolorosa pensando

en que te quedaste fuera de nuestro tiempo,

fuera de este tiempo humano y viviente que es nuestro

como es nuestra la música, su ritmo, su orden,

su armonía que rescata la salvaje violencia del caos.