walter rafael aguero gomez

Restablecer el rumbo.

La fragilidad,

esa encrucijada 

entre la vida y la muerte,

jugaba con la confusión

y la convicción.

Allí, 

estaba el Ser Supremo, 

esperando mi decisión. 

Abandono total,

era soltar una parte 

de mi naturaleza física 

para salvar 

el don de la vida. 

Me separé

de mis pensamientos,

una calma profunda 

me abrazó con ternura,

arropando mis miedos.

Aquella tormenta 

de palabras turbulentas 

me hicieron naufragar.

Jesús,

calmó las aguas 

volviendo la alegría, 

los deseos de vivir... 

en la paz absoluta;

vuelvo a amar,

a sonreír,

a soñar.

Escapo de la enfermedad 

ardiendo lentamente 

en el fuego de su amor .

Dejo que su luz descubra 

los colores de la vida,

de mi familia,

de mis semejantes.

16/5/20

Walter Rafael Agüero Gómez