Kinmaya

¡VUELVE!

 

La ansiedad resbala entumecida,

en algún sitio donde termina mi cuerpo,

el día se detiene en un gesto inesperado,

entre unas hierbas, el moho y una soledad única.

 

Fluyo desde una emoción que surge,

inestable, sin respuesta, sin nada,

veo ojos no míos,

inequívocos latidos que vuelven.

 

Un dolor, o quizás una alegría,

llegará más allá de la piel,

un grito que reverbera en los tiempos,

entre los valles y las montañas de mi alma llanera.

 

Estímulos exagerados me arrancaran el corazón,

mis estados alterados me dejaran desnudo,

moribundo quedaré atrapado en un bullicio caótico,

mientras mi alma me advierte una vez más… ¡VUELVE!