Ana Robledo

Gracias maestro

Por Juanito, quien descubrió en tus clases que tenía el don escribir y nos envolvía a todos con sus historias, por él que cuando se lo contó a su papá le dijo que hasta aquí, que no se puede vivir de eso.

 

Por Martín, quien se dio cuenta que podría ser el creador de la escena que haría desbordar nuestras risas, a quien tus clases le ayudaban a olvidar un ratito que su mamá ya no estaba, que su papá tenía que trabajar 12 horas y que es su abuelita en silla de ruedas quien tiene que cuidarlo.

 

Por Panchito, quien a los ocho años no sabía leer, pero ya tenía una maestría en separar basura, ya que su mamá lo abandonó por que no podía cuidarlo.

 

Por María que lloraba contigo desconsolada, con mocos, lágrimas, cuerpo y vida por que su papá ya no estába y su mamá pasaba de hombre en hombre, para alcanzar a pagar la renta y la comida.

 

Por Lupita, quien desaparece de tanda en tanda por que es atrapada bajando fierro de los trenes, por quien te preguntas día tras día si estará bien o a caso la atraparon.

 

Por cada uno y por cada una de los que entran en tu aula, y, que sin que te dieras cuenta se metieron en tus tripas, en tu insomnio y en tu corazón.

 

Por nadie mas que por ellos, es por quien te levantas cada día, por ellos que te alientan a seguir, aunque sea difícil y te cueste, y te duela el cuerpo y la garganta, aunque te desvanezcas en esa nube de tiza blanca.

 

Por ellos, para que puedas lograr que Juanito escriba sus libros, para que Martín nos salude desde el escenario, para que Panchito cumpla sus sueños, para que María sea una gran profesionista y se valga por si misma y para que Lupita pueda estar en el aula todos los días.

 

Por ti maestro que transformas esa aplanadora en un trampolín que los ayuda a alcanzar sus sueños, por todo eso y más: Gracias maestro.

 

Ana Andrea Robledo Cardona