Carlos Hector Alvarez

EvoluciĆ³n

Ha mucho tiempo

solía beber en la fuente

púber de la adolescencia,

el néctar prohibido

del amor en cierne.

Hoy mi boca se humedece

y mis labios arden

al recordar el sabor

indefinido de la plenitud

en el goce espontáneo.

Mi cuerpo entero

se estremece al vislumbrar

la entrega amorosa

del amor por el amor

sin retaceos mentirosos.

Hoy por hoy, el placer

camina por senderos

de intereses rebuscados

ajenos a la naturalidad

del amor sincero.

Sin negar el gusto obtenido

en una relación acordada

no puedo menos que sonreír

al tratar de comparar

goce con satisfacción.