A lo mejor usted y yo éramos diferentes,
fuimos distintos,
como opuestos…
con sueños totalmente contrapuestos,
y no lo reconsideramos,
y seguimos adelante,
sin pensar tal vez en las consecuencias.
A lo mejor debí darme cuenta,
debí entender que éramos como extraños,
que su camino no era el mío,
y que su vida vertiginosa a veces
no comprendía a la mía …que solo quería calma.
Usted era como un mar bravío,
y yo como la playa …
demasiado estático…
como esperando….
como en paz…
quieto…
recibiendo el oleaje, pero casi paralizado.
Usted quería volar como las aves…
tenía alas,
y yo en cambio contemplaba el cielo desde lejos.
Ahora entiendo que usted era incompatible conmigo en tantas cosas.
Pero lo intentamos a pesar todo.
No medimos el daño que pudiésemos causarnos.
Nos atrevimos a desafiar al tiempo…
al espacio,
y el destino se cansó de tantas pruebas,
se cansó de esperarnos que cambiemos.
Pero no había nada que cambiar,
usted es así risueña…
demasiado alegre y soñadora,
y yo en cambio melancólico y triste…
como huraño,
soy así medio ermitaño.
A mí me gustan las tertulias con mi amiga soledad…
y con su prima ausencia,
en cambio, a usted le gusta la bulla…
el movimiento…
la fiesta,
a mí la quietud y el verso,
a usted en cambio el baile y la risa.
Pero así lo intentamos,
y nos fue mal,
y fracasamos.
Yo queriendo corregirla y usted huyéndome.
Lo aburrido a mí se me daba fácil,
y en cambio a usted la rumba corre por sus venas.
La cosa era como desafiar a la vida,
como intentar cambiar el mundo.
Queríamos de alguna manera que suceda,
provocándole así constantemente a la razón,
exponiendo demasiado el corazón a la desilusión,
y así nos fuimos haciendo tanto daño…
entre reproches y berrinches…
peleándonos por todo…
echándonos la culpa…
disfrazándonos de víctimas,
así nos fuimos destruyendo,
nos fuimos apartando,
entre bronca y bronca…
tratándonos de odiarnos.
Si fuimos tan distintos…
¿Por qué no nos dimos cuenta?
A lo mejor usted y yo cumplíamos nuestro destino…
así de esta forma poco usual,
incomprensible.
Pero a usted y a mí,
a pesar de todo nos une el mismo sentimiento…
la misma pasión…
la misma devoción…
el mismo corazón.
Entre usted y yo hay algo que nos une más allá de la vida…
más allá de la muerte.
Nos unen los mismos ojitos,
la misma ilusión.
Entre usted y yo queda algo inmortal…
más allá del dolor y de las lágrimas…
y por solo esa razón
usted jamás será para mí un error.
Usted tendrá siempre mi respeto, cariño y consideración...
porque usted siempre ha sido…una gran mamá.