Alek Hine

DÚPLICE FLECHAZO

(soneto alejandrino)

En época de rosas, de sol y vivos verdes,
se dio la coincidencia (cual un primer encuentro);
un pálpito dichoso me habló de lo inminente:
suspiros, mariposas, vorágine, deseo…

Tomó de su carcaj la rígida saeta,
la colocó en el arco el párvulo Cupido,
con admirable pulso tensó la recia cuerda…
¡e hizo de mi pecho el blanco de su tiro!

Sin pérdida de tiempo, de modo subitáneo,
después de haber clavado en mí el rehilete áureo,
el vástago de Venus tu rojo corazón

—con célere flechazo— tornó flagrante diana,
¡dejándonos ardiendo la sangre y las entrañas!,
infusos con los ígneos efectos del amor.